¿La globalizacion se detiene?
Para muchos de nosotros la globalización también significa evolución, y si tenemos en cuenta los acontecimientos recientes como son la presidencia de Trump y el brexit del Reino Unido. Esto conlleva a lo que deriva en un cierre de fronteras para los inmigrantes porque volveríamos a lo que Trump defiende con orgullo Sarkozy “inmigración elegida y no padecida”. Hoy en día la mayor potencia mundial lo que defiende es frenar es número de inmigrantes y, por otro lado, en Alemania, el proyecto para renovar la Gran Coalición entre los conservadores y los socialdemócratas endurece las condiciones para los inmigrantes, en línea de lo acordado en los gobiernos de coalición con la ultraderecha de Bulgaria y Austria. Por todo ello estamos llegando al punto en el que retrocedemos y dejamos de avanzar. Tenemos que dirigirnos a un futuro en el que no existan las fronteras.
Si la globalización deja de fluir, todos nos detenemos y el progreso a su vez. Está en mano de todos cambiar las cosas y presionar para que todos seamos libres. Tenemos una voz usémosla para cambiar las cosas.
Si la globalización deja de fluir, todos nos detenemos y el progreso a su vez. Está en mano de todos cambiar las cosas y presionar para que todos seamos libres. Tenemos una voz usémosla para cambiar las cosas.
La globalizacion derrumba Costa Rica
La Universidad de Costa Rica trata de exponer la situación en la que se encuentra su país, aunque todos los políticos defienden que la evolución solo mejorará su situación, esto no es real y el pueblo se da cuenta de esto; quieren un cambio y por ello se publica este artículo. Los jóvenes son los mayores partidarios de este “movimiento”, porque si los pensamos, son los más afectados; ellos son el futuro.
Hace muchos años, hasta principios de los ochenta, en Costa Rica existían diferentes ideologías que de una u otra manera llevaban como fin el bienestar de las mayorías, después (o a raíz de) del Gobierno de Rodrigo Carazo empezó la caída de nuestros movimientos políticos, ya en la década de los noventa ese mismo sistema acéfalo se encargó de convertir en burgueses a nuestros comunistas más brillantes, mediante la dádiva de pensiones millonarias. Claro que eso fue cálculo del capitalismo criollo, que se encargó de acabar con la competencia, ya tenían el ejemplo de Rusia post Gorbachov donde empezaron a proliferar los nuevos ricos, que acabaron con la raíz de la ideología comunista.
En estos días cercanos al día de las elecciones, parece que las cosas pintan muy mal, hay una polarización terrible de los posibles electores, los que no votan no porque de por si no votan por nadie, el problema es con los indecisos que son mayoría de quienes SI votan; están metidos en un mar de dudas, aumentadas por la atípica campaña electoral.
De todas maneras, el fin del estado de bienestar está a la vuelta de la esquina, es ya insostenible y viendo la necesidad de conseguir financiamiento extranjero, habrá que ceder se quiera o no: aquí es donde regresamos al principio del artículo, con la innegable intervención del gran capital multinacional en las decisiones de nuestra vida republicana, que es abiertamente colonizador.
Hace muchos años, hasta principios de los ochenta, en Costa Rica existían diferentes ideologías que de una u otra manera llevaban como fin el bienestar de las mayorías, después (o a raíz de) del Gobierno de Rodrigo Carazo empezó la caída de nuestros movimientos políticos, ya en la década de los noventa ese mismo sistema acéfalo se encargó de convertir en burgueses a nuestros comunistas más brillantes, mediante la dádiva de pensiones millonarias. Claro que eso fue cálculo del capitalismo criollo, que se encargó de acabar con la competencia, ya tenían el ejemplo de Rusia post Gorbachov donde empezaron a proliferar los nuevos ricos, que acabaron con la raíz de la ideología comunista.
En estos días cercanos al día de las elecciones, parece que las cosas pintan muy mal, hay una polarización terrible de los posibles electores, los que no votan no porque de por si no votan por nadie, el problema es con los indecisos que son mayoría de quienes SI votan; están metidos en un mar de dudas, aumentadas por la atípica campaña electoral.
De todas maneras, el fin del estado de bienestar está a la vuelta de la esquina, es ya insostenible y viendo la necesidad de conseguir financiamiento extranjero, habrá que ceder se quiera o no: aquí es donde regresamos al principio del artículo, con la innegable intervención del gran capital multinacional en las decisiones de nuestra vida republicana, que es abiertamente colonizador.